TEMA 3. LA FORMACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS: ORIGEN Y EVOLUCIÓN TERRITORIAL. 2º BACH
TEMA 3. LA FORMACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS: ORIGEN
Y EVOLUCIÓN TERRITORIAL.
1) INTRODUCCIÓN:
A lo largo de la Edad Media nacieron una serie de nuevos
reinos que tenían en común la religión cristiana. El mayor enemigo de la
integración peninsular entre estos reinos fue el concepto patrimonial de la
monarquía de origen germánico.
Este proceso de formación comenzó en el siglo VIII
y se desarrolla hasta el siglo XI. A partir de este momento los reinos cristianos
se extienden a costa de los territorios islámicos, que cayeron en desgracia
desde la caída del califato (1031). La historia de los reinos cristianos y el
territorio islámico se va a relacionar a partir de la propia formación de los
reinos cristianos, por lo que cuando se produce un proceso de crisis en el
territorio islámico se corresponde a un proceso de desarrollo en la frontera
cristiana, enmarcado dentro del concepto que hemos conocido como Reconquista
y que terminó en 1492 con la caída de Granada.
Este concepto en la actualidad está en discusión
por la historiografía ya que no hay una relación directa entre el Reino
Visigodo y los pobladores iniciales de los reinos cristianos, por lo que no se
podía hablar de Reconquista. Fue un concepto propio de la corriente goticista
que se desarrolló a partir del siglo IX por los cronistas para justificar la
legitimidad de los primeros reyes cristianos.
La repoblación es el proceso por el que
se van ocupando por pobladores cristianos las tierras conquistadas a los
islámicos. Reconquista y repoblación configuran el eje vertebrador de la
historia de los reinos cristianos.
Para el estudio de los reinos cristianos los
diferenciamos entre reinos occidentales, cuyo principal foco es el asturleonés,
y los reinos orientales, donde encontramos a Navarra, Aragón y los condados
catalanes. En el siglo XIII ya podemos hablar de los reinos de Castilla-León,
la Corona de Aragón, Navarra, Portugal y Granada, como los reinos peninsulares.
En todos estos reinos se desarrolló un tipo
especial de feudalismo que conocemos como feudalismo hispánico, con una base
agrícola en la economía, y ominada por la nobleza y el poder eclesiástico como
el feudalismo europeo, pero con la salvedad de la existencia de pobladores
libres (alodieros) y mano de obra mudéjar en las tierras aragonesas
principalmente.
2) DESARROLLO. LA FORMACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS.
2.1 EL
NÚCLEO OCCIDENTAL. EL REINO ASTUR-LEONÉS.
El primer reino que se configuró fie el Reino de
Asturias, formado en torno a la figura de Don
Pelayo y a la magnificada batalla de
Covadonga del 722, donde tradicionalmente se ponía el inicio de la
Reconquista. Pero la verdad es que los musulmanes jamás controlaron las tierras
de la franja cantábrica y Galicia, donde se encontraban astures, cántabros y
vascones, lo que permitió un avance territorial rápido por estas tierras con el
yerno de Pelayo, Alfonso I
(739-757), que es el verdadero creador del Reino de Asturias, junto a Alfonso II, que establece la capital en
Oviedo, dominando una franja desde Galicia hasta el Alto Ebro.
Sus descendientes Ramiro y I Ordoño I, continúan la expansión hacia el sur, y Alfonso III (886-910) desplazó la frontera
hasta el valle del Ebro, y Ordoño II
impuso a León como nueva capital, convirtiendo el Reino de Asturias en el Reino
de León.
También fortificó el territorio del este de la
meseta con numerosas fortificaciones o castillos por la zona de Burgos, con lo
que se dio origen al Condado de Castilla dentro del Reino de León, pero que por
su importancia bélica, tenía una mayor autonomía que el resto del territorio. Uno
de sus condes, Fernán González,
consiguió independizarse en la segunda mitad del siglo X, durante el reinado de
Ramiro II, comenzando la andadura
del Reino de Castilla, mientras que Alfonso
Enríquez, casi 200 años después, conseguía la independencia de Portugal en
1139.
2.2 EL
NÚCLEO ORIENTAL. REINOS PIRENAICOS
Paralelamente al proceso ya descrito en el
occidente peninsular, en la zona oriental surgen otros reinos que conocemos
como el de Navarra, y los condados aragoneses y catalanes, que tenían en común
la lucha por mantener su independencia frente al Imperio Carolingio, ya que eran parte de la marca hispánica que había creado Carlomagno, emperador de los carolingios, y su escasa densidad
demográfica, que provocaba un reparto de tierra en muy pocas manos.
a) Navarra:
Este condado fue erigido por el conde de Pamplona Íñigo Arista, y estaba caracterizado
por poseer población vascona escasamente romanizada. En el 830 se independizó
de los francos y se convirtió en el Reino
de Pamplona. En el siglo X llegó a controlar el condado de Aragón bajo la dinastía Jimena, y finalmente, en el
siglo XI, con Sancho III el Mayor,
consiguió su máxima expansión incorporando Castilla y León, y los condados
aragoneses. A su muerte, dividió su reino entre sus hijos García (Navarra), Ramiro
(Aragón) y Fernando (Castilla),
configurando el desarrollo de estos tres reinos: Fernando I de Castilla y León
inicia el camino de la historia castellana; Ramiro I de Aragón convierte el
condado en reino; y los descendientes de García gobiernan en Navarra.
b) Aragón:
Los hispanos de Jaca expulsaron a los musulmanes en
el 817 y crearon el condado de Aragón con Aznar
Galíndez como primer conde. Otros condados paralelos eran Sobrarbe y Ribagorza.
En el siglo XI Ramiro
I aparece como primer rey del nuevo Reino de Aragón, y en el siglo XII,
tras la muerte de Alfonso I el
Batallador en 1134 (expande su reino
hacia el valle del Ebro), le sucede su hermano Ramiro II el Monje, que decide legar su reino a una orden militar
con la oposición de la nobleza. La
nobleza se lo cede su hija Petronila que es casada con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona en
1157, con lo que surge el nacimiento de la Corona de Aragón, cuyo primer rey va
a ser el hijo de ambos, Alfonso II
(1164-1196).
Así surge el pactismo en esta corona, caracterizado
en que en cada uno de sus reinos o territorios se mantiene una cierta
autonomía, ya que la unión es más dinástica que política.
c) Cataluña:
Fue el último de los territorios que se desligó del
poder carolingio, aspecto que podemos observar en su idioma.
Nacido de la marca hispánica, este territorio
estaba gobernado por un marqués que poseía el poder político y militar, con una
fuerte autonomía. Será Wifredo el Velloso que estabilizó la frontera contra los
musulmanes, el que consiga legar su título y sus posesiones a sus hijos en el
897.
Ya en el 987 Borrel II, conde de Barcelona, se
niega a renovar el juramento de fidelidad al rey franco y se declara
independiente, provocando el nacimiento de los condados catalanes, que con
Ramón Berenguer IV, quedarán ligados a Aragón, configurando la Corona de Aragón.
2.3 LA
RECONQUISTA.
Tras la descomposición del Califato de Córdoba
(1031), los reinos cristianos se lanzaron a la conquista de Al-Ándalus con la
colaboración de las órdenes militares. Se sucedieron períodos de expansión
cristiana, que se correspondían con los períodos de crisis en la franja
islámica como las taifas, y períodos de estabilización fronteriza, cuando había
más estabilidad en la parte musulmana con los almorávides y con los almohades. Este
proceso bélico se enmarca en el concepto de
cruzada, como se demuestra en la batalla de las Navas de Tolosa de 1212 en donde participaron todos los reinos
cristianos y soldados voluntarios europeos tras la llamada del Papa.
El avance reconquistador de Castilla y Aragón se
fundamentó en numerosos tratados como los de Almizra, Tudillén y Cazola, que delimitaban las zonas de ocupación
de ambas coronas, y tuvo su fecha de inicio a partir de la descomposición del
califato en el siglo XI, motivado por el aumento de la demografía cristiana,
las innovaciones técnicas armamentísticas, la acuñación de una ideología reconquistadora
(goticismo), y la crisis islámica.
a) Primera
fase. Siglos XI-XII (1031-1212):
En el núcleo occidental se avanza del Duero al Tajo,
conquistándose Toledo (1085) y
Almería por Alfonso VI como hitos
más importantes y Alarcos simbolizando el freno reconquistador con Alfonso VII. Mientras que en el núcleo
oriental se reconquista el valle del Ebro ocupando Zaragoza por Alfonso I, y Lérida y Tortosa por Ramón Berenguer IV.
b) Segunda
fase. Siglos XIII-XV (1212-1492):
Portugal, Castilla y Aragón prosiguieron su
andadura conquistadora acosta del poder dividido de los musulmanes tras la
batalla de las Navas de Tolosa de 1212 sobre los almohades, mientras que
Navarra quedó aislada de este proceso y cayó en la influencia francesa.
En Castilla Fernando
III, quien había vuelto a unir bajo una misma corona a Castilla y León,
junto su hijo Alfonso X el Sabio
conquistaron el sureste, en esta zona la ciudad de Murcia en 1243, y el valle del Guadalquivir, destacando Sevilla. Alfonso XI conquistó Algeciras y
Gibraltar en el siglo XIV, dejando como único núcleo islámico el Reino Nazarí
de Granada, hasta que los Reyes
Católicos terminaron este proceso en 1492 con la caída de Granada.
Aragón intentó conquistar la zona norte de los
Pirineos pero chocó con los intereses francos, y con Jaime I el Conquistador en el siglo XIII, se desarrolla la expansión
al sur del Ebro en las tierras valencianas. Pedro el Grande desarrolla su expansión hacia el Mediterráneo tras
los acuerdos con Castilla y la imposibilidad de seguir la conquista por tierras
ibéricas, por lo que conquistó Sicilia, y Jaime
II Cerdeña, hasta que en el siglo XV se ocupó el reino de Nápoles.
2.4 LA
REPOBLACIÓN:
La expansión de los reinos cristianos de los siglos
XI al XIII puso en manos cristianas dos tipos de territorios:
-Las zonas despobladas de las tierras de frontera
(tierra de nadie que las llamaba Sánchez Albornoz) se entregaron a nobles y a
monasterios, que poseían castillos para defender este territorio ocupando
latifundios, mientras que los minifundios eran ocupados por hombres libres o alodieros. Este tipo de repoblación se
denomina presura.
-Las regiones más ricas y pobladas en torno a
ciudades importantes de origen musulmán y con población islámica, se ocuparon
por medio de la repoblación concejil,
gozando de mayores libertades y privilegios.
-Los repartimientos
se generalizaron a partir de la segunda mitad del siglo XIII entregándoselas a
nobles principalmente, y en segundo lugar, clérigos y órdenes militares.
En los valles de los ríos Duero, Tajo y Ebro se
desarrolló la repoblación concejil, en el que el territorio se dividía en
concejos con amplios términos municipales o alfoz. En la villa cabecera del alfo se situaba un representante
del rey para controlar el concejo,
al que el rey concedía un fuero o carta
puebla, que eran un conjunto de normas que regulaba todos los aspectos de
la vida en el concejo, mientras que en la zona de Toledo y en el valle del Ebro
se le añadían los repartimientos.
En la Mancha y Extremadura destaca el papel de las
órdenes militares con grandes latifundios poco poblados donde se desarrollan
actividades ganaderas, y en las zonas cercanas a la frontera como Andalucía,
destaca la presencia de los nobles y los repartimientos a partir de grandes
latifundios.
Las consecuencias de la repoblación aún a día de
hoy se observan en la estructuración de la propiedad y en el fortalecimiento de
la autoridad de grupos nobiliarios.
3 CONCLUSIÓN.
El proceso de consolidación de los reinos
cristianos peninsulares se fortaleció en el siglo XIII, lo que permitió su
expansión territorial, la hegemonía política sobre los musulmanes y en el
inicio de un desarrollo económico que culminó en el siglo XV.
La evolución política de Castilla dirigió la
monarquía hacia el autoritarismo,
representado en el reinado de los Reyes Católicos, mientras que en la Corona de
Aragón triunfó el pactismo, que
sigue vigente en la configuración de las autonomías actuales, por el respeto de
los fueros y la fuerza de las cortes y diputaciones.
El término de reconquista
está hoy en discusión. La historiografía lo relaciona con el goticismo generado en las crónicas del
siglo X que legitimaban los primeros reinados de los reyes cristianos
relacionándolos con el reino visigodo, como se ve en la figura de Don Pelayo.
Comentarios
Publicar un comentario